Un hombre sabe que su corazón pertenece a una mujer, cuando después de hacer el amor con ella su pecho aún sigue gritando que le ama.
El mejor aire que puedo respirar es el aliento directo de mi amada cuando me dice en voz baja que me ama.
Cuando mis dedos recorren los brazos de mi amada, es porque busco enamorar a toda su piel.
No hay contacto más íntimo entre dos amantes que el de sus labios tocándose mientras los ojos prefieren cerrarse.
Hacer el amor con tu amada es decirle a Dios que te espere un poco, porque prefieres entrar al Cielo con ella.
"... ya sin opciones; utilicé mi última oportunidad y quedé con las manos vacías."
Cuando una persona "vive" sin la noción correcta de Dios y se comienza a interesar en lo espiritual, lo primero que hay que hacer es moverle el piso de conceptos, términos, creencias, opiniones, etc.
Igual que remodelar una casa para mejor exige que se derrumben cosas; remodelar una vida para Dios comienza por escenarios que no son nada cómodos, humanamente hablando.
Si te cuesta comprometerte en los escenarios para acercarte a Dios, ¿cómo esperas que Dios se comprometa a estar en tus escenarios?
Si acercarte a Dios no te cuesta esfuerzo, ¿cómo esperas que Dios se esfuerce en ayudarte?
Dios no da gratis, ni siquiera su Amor. Todo hay que merecerlo. ¿Crees lo contrario? ¿Te lo dijeron y lo creíste? Ya es hora que lo sepas: Juan 24:14
¿Vas a seguir viviendo engañado?
La gente vive espiritualmente con la cantidad de espíritu que tenga; pero es evidente que muchas veces esa cantidad no es suficiente y por eso los problemas ahogan.
Entonces se debe buscar aumentar esa cantidad de espíritu. Esto significa Crecer Espiritualmente.
Cada vez que mi cruz me pesa como piedra y veo a mis discípulos arrodillarse para tomar la Santa Comunión, vuelvo a darme cuenta que todo el esfuerzo ha valido la pena.
Entonces levanto mi cara y me propongo a continuar, sin importar qué.
Lamentablemente hay personas muy religiosas con muy poco espíritu.
La sociedad reclama valores que solo el espíritu (no la mente) puede ofrecer.
Pero esa misma sociedad no solo premia como válidas las metas mentales/terrenales; sino que denigra o le resta importancia al compromiso de cada individuo con Dios.