Todo comenzaría a marchar bien, si entendiéramos tres cosas:
1ro. Creamos nuestra realidad con lo que sentimos, nunca con lo que pensamos. Incluso sin darnos cuenta.
2do. Mente y corazón van por separado. Podemos estar engañándonos desde nuestra mente, creyendo sentir cosas buenas; mientras que nuestro corazón se siente mal.
3ro. Si viviéramos "atajando" nuestros sentimientos difíciles, todo comenzaría a fluir hacia mejor. Incluso la tristeza o la sed de justicia son tan dañinos como el odio y la rabia.
El problema es que hemos escuchado y hemos creído a mucha gente que no tiene ni idea de cómo va la vida. Ahora que lo sabes, depende de ti buscar cómo hacerlo. Solo te doy una pista: Dios te puede ayudar, si lo asumes correctamente.
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