No olvidemos darle a nuestros hijos todo lo que podamos para su bienestar. Pero sobre todo no dejemos de darle "la necesidad de Dios". Un niño que tenga de todo y que no aprenda la "necesidad de Dios"; crecerá sintiéndose todopoderoso. Y un niño con muchas carencias y que tampoco aprenda la "necesidad de Dios"; crecerá sintiendo que debe sobrevivir por sí mismo. Y créeme que a la vida no le costará mucho echarles en cara a ambos, que hay cosas que ellos no controlan. Entonces se derrumbarán, se deprimirán, se frustrarán o se volverán violentos. Recuerda, nadie encuentra a ese "Dios necesario" si alguien no se lo presenta.
Si estás con Dios: Aún pueden haber tormentas, pero tu corazón no se mojará. Aún puede haber oscuridad a tu alrededor, pero tu corazón no quedará ciego. Aún te podrás caer, pero tu corazón sabrá que nadie te empujó.
Si a pesar del esfuerzo, ves que Dios no detuvo algo que tú consideras malo; ¿Acaso no eres suficientemente humilde como para suponer que hay algo más importante detrás de eso que te indignó y por tanto Dios permitió que sucediera? Hablo de confianza básica. Nunca te sientas ni más juez ni más inteligente que Dios. Hay cosas que Dios sabe y que tú ni siquiera te imaginas; y aún así te atreves a juzgar las situaciones que Dios permite.
El repetirnos las cosas espirituales no nos convierte en ellas. Lo peor que podemos hacer es engañarnos a nosotros mismos. En el momento que creas que estás con Dios y que Dios está contigo, dejarás de buscarlo. ¿Quién puede quejarse de algo, si de verdad sintiera a su lado al Creador y Señor de todo el Universo? ¿Acaso crees que alguien que tenga a Dios en su corazón puede sentir la menor de las rabias? Seamos sinceros y humildes con nosotros mismos y nunca detengamos la búsqueda de Dios.
Espiritualmente
no existe la dualidad; y el pecado original nace cuando comenzamos a
vivir en función de ella. Cuando nosotros comenzamos a sentirnos bien o
mal por lo que consideramos "bueno o malo", dejamos ese estado
espiritual (Paraíso) al cual debemos volver. Es así de sencillo.
Ojalá pudieras leer mi libro "La ruta de vuelta al Paraíso", en muy pocas páginas se te aclara todo.
Cuando estamos en el fuego es cuando se mide cuánto de Dios llevamos dentro. Es en los momentos difíciles cuando sale nuestro espíritu a mostrarnos que aun esos son voluntad de Dios. Gracias a esto, podemos ser compasivos con nuestro prójimo y humildes ante Dios y esforzarnos en superar las situaciones manteniendo un corazón limpio.
Si estás feliz con tu Dios, no cambies ni busques mejorar nada. Si sientes que aún te falta, pues que nada te detenga. En cualquier caso, tu relación con Dios se reflejrá en cómo ves al mundo; porque ese mundo que tú ves te lo está ofreciendo tu Dios.
Si incluso Jesús subyugó su propio poder al Padre, a la hora de decidir su muerte (Lucas 22:42);
¿Quién soy yo para sentirme poderoso ante mi destino? El verdadero poder de alguien no está en cumplir sus metas, sino en soltar su vida y entregársela a Dios para que Él haga lo que necesita. Eso sí es poder.
Yo no me siento optimista: yo solo sé que Dios tiene el control de mi vida y en ella va a suceder lo que me corresponda según mis acciones, según mis sentimientos, según sus leyes; según su voluntad. En Dios confío.
Sabrás que has conseguido a Dios cuando a pesar de que sientas que todo se derrumba a tu alrededor, aún puedas cerrar tus ojos y quedarte en Él; sintiendo un poco de paz. En esos momentos difíciles, te bastará sentir que tú estás con Él y que Él está contigo; y todo lo que sucede está bajo su control.Si esto aún no lo consigues, sigue buscándolo. Pero no esperes pasivamente a que Dios venga a ti; debes moverte y seguir las señales. Tú eres el primer interesado, el esfuerzo debe ser tuyo; comienza rompiendo tu zona de confort.
"Amar a Dios sobre todas las cosas" es nuestro primer mandamiento porque por sí solo, debería bastar para honrar lo que nos pide, incluso por `pena´ hacia lo que más amamos.
Si amamos a Dios no deberían en nuestras vidas excusas como: `es que es difícil cumplir con lo que Él pide´; `es que me cuesta `; ´es que no tengo tiempo´; `es que no lo entiendo`; `es que no sé hacerlo´; `es que no lo consigo´;´es que nadie me lo había dicho antes`, y mucho menos "es que sus instrucciones no aplican"
Esta es una verdadera escena, unos verdaderos brazos, un verdadero rostro, unos verdaderos ojos; del Amor de Dios.
Dios, permíteme entender que toda mi vida; mis alegrías y mis problemas, debo vivirla sabiéndote presente.
Dios, permíteme recordar que siempre estás a mi lado; y en el momento justo me llevarás contigo. Dios, permíteme ser fiel a tu amor; y que nunca traicione la esperanza que me tenías cuando enviaste a Jesús mi Señor, a enseñarme. Amén
El Espíritu Santo te da la noción real de lo que es verdadero o fantasía. Es irónico; pero cuando lo recibes o lo renuevas en ti, te das cuenta de que lo verdadero es Dios y la fantasía era todo por lo que has venido sufriendo.
La compasión y la lástima son cosas diferentes. Cuando sientes compasión, tu corazón queda totalmente limpio, neutro; simplemente no te enganchas, ni para bien ni para mal. Cuando sientes lástima, se te "arruga el corazón"; y esto te trae malestar a ti (por Ley de Atracción) y daña a la otra persona involucrada (por Ley del Karma). La compasión es lo único que te puede llevar a actuar dentro de los lineamientos de Dios; la lástima te hace actuar dentro de las expectativas humanas. La compasión es un don del espíritu; la lástima es un sentimiento humano. Y la "Compasión", junto a otro de los dones espirituales que llamamos "Servicio", es lo que conforman la necesaria "Caridad"
Nuestro concepto de "amor", es la cosa más acomodaticia que tenemos:- algo nos hace bien y decimos que lo amamos, - algo nos conviene y decimos que lo amamos, - algo nos es útil y decimos que lo amamos, - algo nos llena y complementa y decimos que lo amamos, - algo nos gusta y decimos que lo amamos, - algo cumple con nuestras expectativas y decimos que lo amamos. El "Amor" de verdad es un concepto muy diferente que se escapa de nuestro entendimiento mental/humano.El "verdadero amor" nunca sufre, ni se frustra, ni se hiere.
Hay una diferencia básica entre una secta y un grupo de crecimiento espiritual. Una secta (en el sentido negativo) te llama a denigrar y alejarte intencionalmente de tus asuntos terrenales y de las personas que no comparten tus ideas. Es más un soporte emocional por evasión, que un fortalecimiento espiritual. Un grupo de crecimiento espiritual te invita a que honres a tu realidad (situaciones y personas); porque sabe que Dios te colocó en ella para que la trabajes con bien. Y de esta forma, tu espíritu aprenda a manifestarse aunque no sea fácil emocionalmente.
Hay una pregunta indispensable que debes hacerte y responderte tú mismo: ¿Qué es lo peor que podría pasarte? No la respondas en público; pero autoevalúala en función de cuánto depende de ti que eso no ocurriera. En tu respuesta estarán implícitas cosas como: lo que crees que eres; lo que te puede hacer sufrir; la probabilidad de evitar tu sufrimiento; tus posibles frustraciones; y lo que significa Dios para ti.
Pregúntatela y respóndela a lo largo de tu vida y sabrás cómo estarás viviendo.
Si creemos que en este mundo hay injusticia estamos suponiendo que hay cosas que se escapan de las manos de Dios. Si es así, no perdamos tiempo pidiéndole nada a Él; porque en cualquier momento se puede volver a descuidar e incluso desoír nuestra petición.
Para que Dios pueda hacer algo, hay que concederle que incluso las cosas difíciles sucedieron bajo su mirada y permiso; posiblemente porque eran necesarias o correspondían que fueran. Seguramento no lo entenderemos, pero debemos confiar en que Él sí sabe lo que hace. Esta es la "fe verdadera" que deberíamos tener del tamaño de un grano de mostaza. Solo entonces, Él sí podrá comenzar a resolver los problemas.
Basta con que te molestes, aun ligeramente,con alguien que consideres que hizo algo mal; para echarte encima el karma negativo que trae esa persona (el suyo y el de sus antepasados). ¿No o sabias? ¿No lo crees? ¡Que lástima!
Cuándo entenderemos que sentirnos enfadados, indignados, frustrados, rabiosos, decepcionados, tristes, rencorosos, con `sed de justicia´; lo que hace es alimentar a las situaciones que nos generan precisamente eso.
Sé que es muy difícil de aceptar, pero comprende que esa tozudez mental es lo que nos tiene así.
No estoy diciendo que debamos ser pasivos; un ser espiritual nunca lo es. Pero esos sentimientos no pueden ser ni la chispa ni el combustible de ninguna de nuestras acciones.
Queremos cambiar lo que hacen los demás, y no somos capaces de cambiar ni nuestros propios sentimientos. Cuando aprendamos a controlarnos internamente, podremos intentar con éxito cambiar nuestro exterior. Tu primera lucha debería ser contigo mismo, no con los demás.
Hay personas tan profesionales de la queja que creen que no quejarse significa "dejar de luchar" o "permitir que algo malo continúe".
No quejarse significa trabajar en lo que se quiere cambiar; pero enfocándose en lo que se debe hacer,
en el esfuerzo para conseguir los objetivos.
Las personas que se quejan, gasta mucha energía en esa actitud; y generalmente les cuesta conseguir resultados positivos. Son mucho menos eficientes y efectivas. Sería mucho mejor que ahorraran esa energía de queja y la aplicaran en el esfuerzo de cambiar lo que crean necesario.
Es mucho más fácil quejarse que trabajar en pos de algo; pero como quejarse hace "más ruido", pareciera que hay más esfuerzo.
El universo es sabio. Él siempre te avala en lo que te enfocas; nunca te quedará mal. Él te enseña que quejarse de lo que sea (hasta de cosas simples) rinde excelentes frutos; si eres persistente lo consigues. ¿Qué consigues? Pues estar cada vez peor.
Toda mente crédula siempre encontrará la forma de creerse todo. Toda mente incrédula siempre tendrá los argumentos para negar cualquier cosa. Muchas veces es mejor honrar lo que sientes, si esto no daña a nadie. Hagas lo que hagas, lo habrás hecho de corazón.
"... Yo no soy ingenuo. Nuestros problemas terrenales de cualquier índole (económicos, sociales, de familia, de pareja y personales) hay que asumirlos y resolverlos como correspondan.
Pero tú no seas ingenuo. Si más allá de resolverlos, no hay un cambio de actitud personal y grupal a nivel espiritual; ni PapáDios va a poder evitar que estos problemas o similares se vuelvan a repetir una y otra vez; incluso más graves. En esto ya tenemos experiencia de sobra."
No es suficiente hacer las cosas bien; sino que hay que hacer lo correcto. Porque podemos estar haciendo muy bien lo que no deberíamos estar haciendo.
