La pregunta...
Hay una pregunta indispensable que debes hacerte y responderte tú mismo: ¿Qué es lo peor que podría pasarte? No la respondas en público; pero autoevalúala en función de cuánto depende de ti que eso no ocurriera. En tu respuesta estarán implícitas cosas como: lo que crees que eres; lo que te puede hacer sufrir; la probabilidad de evitar tu sufrimiento; tus posibles frustraciones; y lo que significa Dios para ti.
Pregúntatela y respóndela a lo largo de tu vida y sabrás cómo estarás viviendo.
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