Cada vez que rezas, oras o ruegas por alguna gracia, Dios pide a los ángeles que tomen tu merecimiento y te construyan lo que deseas.
Cuando sientes que Dios no te escucha, lo primero que debes pensar es si tienes suficiente merecimiento para esa gracia, o si aún tienes algo qué aprender.
Vive tu vida según los lineamientos de Dios; y comenzarás, poco a poco, a prender de Él y a acumular merecimiento.
Cuando sientes que Dios no te escucha, lo primero que debes pensar es si tienes suficiente merecimiento para esa gracia, o si aún tienes algo qué aprender.
Vive tu vida según los lineamientos de Dios; y comenzarás, poco a poco, a prender de Él y a acumular merecimiento.
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