No se está más cerca de Dios por "hablarle más", "o pedirle más", "o agradecerle más". El verdadero acercamiento a Dios es cumplir con lo que Él espera de nosotros.
Cada vez que te esfuerzas en vivir como Él lo espera (dentro de sus lineamientos), en realidad no te acercas a Él, sino que lo metes tú en tu vida.
Eso es más hermoso que hablarle, pedirle, agradecerle, orarle o alabarle.
Cada vez que te esfuerzas en vivir como Él lo espera (dentro de sus lineamientos), en realidad no te acercas a Él, sino que lo metes tú en tu vida.
Eso es más hermoso que hablarle, pedirle, agradecerle, orarle o alabarle.