Entonces supuse que había dejado algunas instrucciones.
Desde ese día no he parado de buscarlas, entenderlas y seguirla.
Mientras las iba encontrando y entendiendo, también las iba enseñando.
No ha sido fácil, ya llevo muchísimos años; pero lo menos que deseo es que ese sacrificio que hicieron por mí, sea en vano.
Gracias mi Señor, Maestro y Salvador Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario