Si olvidamos lo que Dios quiere y si no hacemos lo que Él espera de nosotros; siempre nos lo recuerda a través del malestar. El malestar es la manera infalible que Dios tiene de decirnos que hicimos algo o lo estamos haciendo de forma incorrecta. Si no remediamos a tiempo, puede no haber vuelta atrás. Hablo de `malestar´ como `sentirnos mal por algo´; no me refiero a situaciones difíciles."
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