Nunca midas la cercanía de Dios en tu vida, por las cosas buenas que te pasan o por los milagros que obtienes. Sabrás que realmente tú estás cerca de Dios, cuando, en los momentos de verdadera tribulación,
tu corazón adolorido se puede consolar con la paz que solo Dios puede dar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario