Cuando Dios oye tus peticiones de ayudarte a tener paz, de enfrentar tus problemas, de sanar cosas del pasado o de fortalecerte para el futuro; Él siempre te atraviesa por delante a un Maestro Espiritual. El problema es que por nuestras inseguridades, por nuestra soberbia o por creernos autosuficientes, no lo reconocemos, lo ignoramos o lo desacreditamos. El mismo Jesucristo lo dijo antes de su muerte:
Mateo 23:34 (NVI)
"Por eso yo les voy a enviar profetas, sabios y maestros. A algunos de ellos ustedes los matarán y crucificarán; a otros los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de pueblo en pueblo."
Mateo 23:34 (NVI)
"Por eso yo les voy a enviar profetas, sabios y maestros. A algunos de ellos ustedes los matarán y crucificarán; a otros los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de pueblo en pueblo."
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