Para que tus oraciones se eleven a Dios, debe haber ya un camino recorrido por ti por donde estas puedan pasar.
Ese camino recorrido se establece con tu esfuerzo cotidiano intentando siempre agradar a Dios según sus lineamientos.
Cada vez que haces o dejas de hacer algo para cumplir con sus lineamientos, vas abriendo ese camino y lo vas asfaltando.
Ese camino recorrido se establece con tu esfuerzo cotidiano intentando siempre agradar a Dios según sus lineamientos.
Cada vez que haces o dejas de hacer algo para cumplir con sus lineamientos, vas abriendo ese camino y lo vas asfaltando.
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