Mucha gente busca y se expone a lo espiritual-religioso, pero no logran la paz permanente en sus vidas. Es como una tierra que no ha sido arada; ni poniendo semillas, ni regando, ni recibiendo la lluvia del cielo, se obtienen frutos importantes. Debes conseguir a alguien que primero mueva tu tierra, que la are; eso nunca es agradable. Al final de la siembra y del riego, verás el fruto deseado: la paz espiritual que permanece dentro de ti a pesar de las situaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario