¿Acaso no es más inteligente hacer inversiones a largo plazo que se vayan solidificando a toda prueba? ¿Acaso no es mejor hacer hoy pequeños sacrificios y ahorros, para forjar un futuro más satisfactorio? ¿Acaso no es más prudente ir formando tu bienestar poco a poco, inmune a circunstancias externas; que conseguir riquezas de la noche a la mañana que pueden desaparecer en un abrir y cerrar los ojos?
¿Sabes acaso a que se refiere cuando se habla de tu futuro, de tu mañana, de un abrir y cerrar de ojos? Pues a tu muerte. ¿O crees que nunca te va a llegar?
No seas tonto, no seas despilfarrador, no seas imprudente.
No te creas un superempresario enfocándote en tu bienestar y estabilidad terrenal.
Esta, con suerte, durará unos cuarenta años más.
Invierte tu tiempo y tus recursos en un proyecto que será eterno,
pero que debes construir poco a poco desde ya.
Convierte tu vida en un Crecimiento Espiritual
Si no, al morir, te encontrarás en la ruina: eternamente.