Hay muchas personas que sintiéndose mal, siguen viviendo como si nada pasara.
Confían en que todo se resolverá o que algo cambiará; y más allá de buenas intenciones, no promueven cambios en sí mismas.
Otras personas, ante un malestar, buscan cambiar su entorno o a los demás, asumiendo que ellas lo están haciendo bien. La vida no funciona así.
Cuando te sientes mal con algo, debes asumir que Dios te está gritando para que comiences a buscarlo de verdad y sanes dentro de ti.
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