La Oración del Padre Nuestro que enseñó Jesús el Cristo, nunca fue una oración de petición; sino una oración de compromiso personal y entrega a Dios Padre. Esta dibuja la actitud de vida real de todo cristiano.
Padre Nuestro; sé que eres lo mas sublime que existe; te reconozco como lo más santo e importante en mi vida; te ruego nos exijas cumplir tus mandamientos como lo hace un rey en su reino;
Acepto como tu voluntad, todo lo que me sucede; ya que Tú eres quien controla tanto el Cielo como la Tierra.
Acepto como alimento para la vida eterna, todo lo que me haces vivir cada día; no consideres nuestras faltas, en la misma proporción en que nosotros tampoco consideramos las faltas de los demás; Y que mi convicción de todo lo anterior, sea lo que nos ayude a no caer en tentación de incumplirte y de esa forma podamos librarnos de lo que nos impida llegar a ti. Amén.
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