Cuando alguien tiene a Dios y lo conoce de verdad, su sufrimiento por las situaciones humanas es mínimo; porque Dios se convierte en lo más importante que tiene en su vida: en su afán, en su motivo de existencia, en su felicidad, en su paz.
Si aún el sufrimiento empaña algunos de tus días, sigue buscando a Dios; aún no tienes suficiente de Él.
Si aún el sufrimiento empaña algunos de tus días, sigue buscando a Dios; aún no tienes suficiente de Él.
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