Una de las autolimitaciones que tienen las sociedades occidentales es la idea de que lo más grande que hay y por lo tanto lo más importante a defender es el bienestar humano, la existencia biológica.
No es que no sean importantes, claro que lo son; pero enfocar todo el esfuerzo en metas y luchas por cosas perecederas, abandonando lo que es realmente eterno, no tiene mucho sentido para Dios.
No es que no sean importantes, claro que lo son; pero enfocar todo el esfuerzo en metas y luchas por cosas perecederas, abandonando lo que es realmente eterno, no tiene mucho sentido para Dios.