Mi Señor Jesús; esta noche me
doy cuenta
de que siempre necesito más de
ti.
Hay situaciones que aún no sé
manejar;
a veces mi mente deja ciego a mi
corazón;
y reacciono como no debo,
como Tú no quieres que lo haga.
Hoy entra en mí; hoy renuévate
en mi corazón;
Llénalo completo;
que no quede espacio para la
rabia,
el rencor, el desconsuelo por el
pasado,
la revancha, la queja, la
crítica.
Te prometo que para ello,
me esforzaré en dejar de ver
enemigos;
porque el Padre nos ama a todos.
Te prometo que me esforzaré en
dejar de quejarme;
porque el Padre controla todo.
Y así, mientras vaya limpiando
mi corazón,
te dejaré espacio para que
vengas a vivir en él.
Gracias por haber nacido como
ser humano
y así demostrarme que puedo
llegar yo como humano
a comportarme como tú lo
pediste.
Por lo tanto, me ofrezco en
sentimientos, pensamientos,
palabras y acciones para cumplir
tus mandamientos.
Amén.
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